23.2.12

el cielo es el límite

después de varias semanas sin poder coger la bici en condiciones, encontrarse con un día espectacular vale doble. desde el 2010 no había subido la estranguada ni llegado a los pozos de noja, y no recordaba ese último tramo tan embarrado y con esos traicioneros repechillos. menos mal que vanesa está acostumbrada a las emboscadas de durán los jueves... así las mías parecen poca cosa :)
la estranguada me gusta, mucho más que su vecino alto del caracol, que con esa carretera tan ancha tiene el encanto de un bocadillo de pan rallado; especialmente bonita es la parte final, con la carretera tan sinuosa amoldándose a la forma de la montaña.
los pozos de noja son unos pequeños embalses situados en un área de turbera donde se acumulaba el agua de escorrentía, y que se cerraron con un dique con el objeto de canalizar la caída de agua hasta el fondo del valle para mover la turbina de una pequeña central hidroeléctrica y generar electricidad para liérganes y alrededores.
durante la guerra civil fueron bombardeados, y hace unas décadas se reconstruyeron los diques pero ya sin fines hidroeléctricos. parece ser que se han introducido carpas y cangrejos en el pozo superior.
desde allí al norte se ve toda la marina trasmerana desde santander hasta santoña, y al sur se tiene en primer término las enguinzas, y al fondo la mole de castro valnera.

el descenso se puede hacer por distintos sitios, pero en esta ocasión elegimos la bajada más sencilla: por miera hacia liérganes y vuelta a casita en tren; la carretera de miera que baja hasta la principal del fondo del valle tiene un tramo final chulísimo, con muchas curvas cerradas sin solución de continuidad.